En una era tan digital como la actual en la que se compra a golpe de clic y se lee deslizando el dedo, a veces se echa de menos algo tan humano como es tocar -con toda su intención-. La nueva lámpara Bolita invita a tocar la luz para modularla.
Su estructura es tan sencilla como mágica: una superficie redonda que aloja un led situado en su eje central y una bola de cristal superpuesta que al desplazarse produce, de manera constante, el efecto de un eclipse. Al mover la Bolita atenuamos o aumentamos la luz y este juego cautiva por su hermoso efecto visual.